Publicado 10/09/2025 08:04

Desconecta.- Por qué mecánicos como Juan José Ebenezer recomiendan abrochar el cinturón trasero aunque no haya nadie

Por qué mecánicos como Juan José Ebenezer recomiendan abrochar el cinturón trasero aunque no haya nadie
Por qué mecánicos como Juan José Ebenezer recomiendan abrochar el cinturón trasero aunque no haya nadie - UNSPLASH - REMY LOVESY

MADRID, 10 EUROPA PRESS

Pocos conductores se plantean abrochar el cinturón del asiento trasero vacío de un vehículo. De entrada, puede parecer una idea extraña, incluso absurda, porque lo habitual es pensar que el cinturón solo sirve para sujetar a los pasajeros. Sin embargo, algunos mecánicos advierten que este gesto también puede reforzar la seguridad en caso de accidente, y que tiene una explicación lógica.

El mecánico Juan José Ebenezer, fundador del taller que lleva su apellido y divulgador en TikTok, lo explica en un vídeo que ha alcanzado gran difusión en redes. Según detalla, no todos los asientos traseros están anclados de la misma manera al chasis. Algunos forman una pared uniforme y sólida; otros, en cambio, se fijan con sistemas más simples que dejan espacio de acceso al maletero o permiten abatir el respaldo con facilidad.

En estos últimos casos, la sujeción no siempre es tan resistente. Y aquí entra en juego la importancia del cinturón: mantenerlo abrochado incluso cuando no hay pasajeros sirve como refuerzo extra, evitando que el respaldo pueda abrirse y dejando que lo que haya en el maletero salga disparado hacia delante en un impacto.

EL RIESGO EN LOS CHOQUES FRONTALES

La mayor amenaza se da en colisiones frontales. En ese tipo de accidentes, todo lo que esté en el maletero tiende a salir proyectado hacia los asientos delanteros por efecto de la inercia. Maletas, bolsas o cualquier objeto suelto pueden convertirse en auténticos proyectiles con consecuencias graves para el conductor y los acompañantes.

En un golpe trasero, la carga suele desplazarse hacia atrás, pero en un choque frontal la presión se ejerce hacia el habitáculo. Si el respaldo no tiene un buen anclaje, el cinturón abrochado puede marcar la diferencia.

UN GESTO SENCILLO QUE SUMA SEGURIDAD

Ebenezer reconoce que no siempre es un sistema infalible y que su efectividad depende del tipo de asiento trasero que tenga el vehículo. Aun así, insiste en que "más vale hacerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no haberlo hecho". Para él, cada medida extra cuenta cuando se trata de proteger la vida.

Su consejo es claro: al dejar el coche aparcado o antes de iniciar un viaje, abrochar todos los cinturones traseros, aunque no haya nadie sentado. Se trata de un gesto rápido que no cuesta nada y que puede convertirse en un añadido de seguridad en situaciones extremas.

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