Publicado 14/09/2025 03:19

Cuántos minutos debes dejar la cerveza en el congelador para que esté perfecta (y no explote), según las matemáticas

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MADRID 14 Sep. (EUROPA PRESS) -

Pocas cosas hay más frustrantes que querer tomarte una cerveza fría y descubrir que todas están calientes. La solución rápida parece sencilla: meter la lata en el congelador y esperar unos minutos. Pero, ¿cuántos exactamente? Si te pasas, corres el riesgo de que explote; si te quedas corto, seguirá tibia.

Este dilema común tiene una respuesta más científica de lo que parece. Y no, no se trata de un truco casero, sino de un cálculo matemático que permite saber con bastante precisión cuánto tarda en enfriarse una cerveza. Lo explica el ingeniero y divulgador David Gozalo, que en su canal de YouTube decidió poner números a esta cuestión cotidiana.

El punto de partida fue claro: una cerveza a 30 grados que queremos llevar a unos 2 grados, la temperatura en la que la mayoría consideramos que está lo bastante fría para disfrutarla. El congelador, en su caso, estaba a -23 grados. Con esos tres datos -temperatura inicial, del congelador y objetivo- recurrió a la ley de enfriamiento de Newton, que describe cómo un objeto se va adaptando a la temperatura de su entorno.

La ecuación incluye además un factor llamado constante K, que depende de cosas como el tipo de recipiente o la humedad del congelador. Aunque puede calcularse de forma experimental, también existen valores medios que permiten hacer una estimación razonable.

Con todo ello, Gozalo llegó a una cifra concreta: unos 21 minutos es lo que tarda una lata en pasar de caliente a fresca en el congelador. El número no es exacto al segundo -cada congelador es distinto-, pero ofrece una referencia mucho más fiable que el clásico "la dejo un rato y voy mirando".

https://www.youtube.com/watch?v=QRV6m-M_yQA

El ingeniero añade que cualquiera puede afinar el cálculo en casa. Basta con poner una lata en el congelador durante un tiempo fijo, medir cómo ha cambiado su temperatura y ajustar los números. De esta forma, cada persona puede tener la "constante" adaptada a su propio electrodoméstico.

Más allá de la anécdota, el experimento demuestra cómo las matemáticas sirven para explicar problemas reales de nuestro día a día. Y en este caso, la próxima vez que quieras una cerveza bien fría sin jugártela a que explote, ya sabes la respuesta: 21 minutos es la cifra mágica.

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