BOLIVIA, 2 Oct (EUROPA PRESS)
Un grupo de científicos de la Universidad de Flinders descubrió que las ondas sonoras aplicadas al suelo pueden promover la recuperación de ecosistemas a través de la estimulación de un hongo beneficioso. Este hallazgo abre nuevas puertas para el desarrollo y restauración de tierras degradadas.
El doctor Jake Robinson, quien lideró la investigación, explicó en un comunicado que la estimulación acústica, mediante un "ruido blanco" a un nivel de presión sonora de 80 dB, incrementó la biomasa fúngica y la actividad de las esporas del hongo Trichoderma harzianum, conocido por sus efectos positivos en el crecimiento de las plantas, la protección contra enfermedades y la mejor utilización de los nutrientes.
El mismo efecto estimulador se observó anteriormente en la bacteria del suelo E. Coli, lo que sugiere un potencial más amplio para este tipo de intervenciones. "Piense en el sonido monótono que emite una radio de la vieja escuela entre canales", describe el Dr. Robinson para ilustrar el tipo de estímulo sonoro utilizado en los experimentos.
La urgencia de encontrar soluciones innovadoras se hace más palpable frente a las proyecciones que indican que, para el año 2050, el 95% de las tierras del planeta podrían estar degradadas. En marco de estas preocupaciones, la Década de la Restauración de Ecosistemas 2021-2030 de las Naciones Unidas advierte que sin estrategias efectivas, la salud humana, la producción de alimentos y los ecosistemas naturales enfrentarán repercusiones significativas.
El profesor asociado Martin Breed, coautor del estudio, enfatizó que este tipo de enfoques son vitales para prevenir la pérdida de biodiversidad y acelerar la restauración de los ecosistemas.
El equipo de la Universidad de Flinders planea ahora expandir su investigación fuera del laboratorio para estudiar los efectos a largo plazo y evaluar la viabilidad de aplicar esta técnica en un contexto real, con la esperanza de ofrecer soluciones concretas frente a la degradación ambiental global. Este avance representa una interesante convergencia entre tecnología y naturaleza, marcando un prometedor horizonte en la lucha por la recuperación de los suelos y ecosistemas del mundo.