BOLIVIA, 10 Sep (EUROPA PRESS)
Un equipo de investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers, en Suecia, lidera un avance sin precedentes en el sector del almacenamiento energético, con el desarrollo de una batería estructural capaz de transformar la forma en que entendemos la movilidad y los dispositivos electrónicos. Este innovador concepto podría significar ordendores portátiles notablemente más ligeros, teléfonos móviles con el grosor de una tarjeta de crédito y coches eléctricos que alcanzan hasta un 70 % más de autonomía con una sola carga.
Richa Chaudhary, investigadora de Chalmers y principal autora de un estudio recientemente publicado en Advanced Materials, destaca la creación de una batería de compuesto de fibra de carbono con una rigidez comparable a la del aluminio, pero con una densidad energética suficiente para su uso comercial. "La batería puedeservirla a la vez varias funciones, similar a un esqueleto humano", argumenta Chaudhary.
Desde 2018, cuando se difundió la noticia de la fibra de carbono como material potencial para electrodos en baterías de iones de litio, el trabajo de Chalmers ha despertado un considerable interés. Este avance fue incluso catalogado como uno de los diez más significativos del año por la revista Physics World.
La investigación ha continuado evolucionando, mejorando tanto la rigidez como la densidad energética de las baterías. La última versión alcanza los 30 Wh/kg, cerca del 20% de lo que ofrece una batería de iones de litio convencional, pero con una gran ventaja: al formar parte integral de la estructura del dispositivo o vehículo y estar hechas de un material más ligero, el peso total se reduce significativamente.
Leif Asp, profesor en el Departamento de Ciencia Industrial y de Materiales de Chalmers y líder del proyecto, insiste en la importancia de invertir en vehículos ligeros y eficientes energéticamente. Calculos realizados por el equipo muestran que los coches eléctricos podrían extender su autonomía hasta un 70% si incorporan estas baterías estructurales competitivas.
El diseño de estos vehículos debe cumplir rigurosos estándares de seguridad, y en este aspecto la batería estructural ha mejorado su rigidez de 25 a 70 GPa, pudiendo soportar cargas comparables al aluminio con un menor peso.
Asp, investigando baterías estructurales desde 2007, asegura que la nueva batería es "el doble de buena que su predecesora", y se considera la mejor del mundo en su categoría. Sin embargo, aún se necesita más trabajo de ingeniería para pasar de la producción en pequeña escala a la producción masiva.
En el horizonte, se vislumbra un futuro donde los dispositivos electrónicos y vehículos sean considerablemente más ligeros, eficientes y seguros gracias a la integración de estas baterías estructurales, marcando un antes y un después en la tecnología de almacenamiento de energía.