Publicado 25/09/2025 22:17

Ruanda denuncia ante la ONU "señales de genocidio" en el este de RDC y acusa a grupos respaldados por Kinshasa

El ministro de Exteriores de Ruanda, Olivier Nduhungirehe, comparece en la 80ª Asamblea General de Naciones Unidas
El ministro de Exteriores de Ruanda, Olivier Nduhungirehe, comparece en la 80ª Asamblea General de Naciones Unidas - UN PHOTO

MADRID 26 Sep. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Exteriores de Ruanda, Olivier Nduhungirehe, ha denunciado este jueves ante la Asamblea General de la ONU la existencia de "señales de alerta temprana de un genocidio" en el este de República Democrática de Congo (RDC), acusando al Gobierno de este país de respaldar a "grupos genocidas" dos días después de que Kinshasa haya pedido a los Estados miembros que reconozcan el "genocidio silencioso" contra los congoleños.

Nduhungirehe ha denunciado "la renovada militarización de República Democrática de Congo, sumada a su continua colaboración con grupos armados genocidas y sancionados, como las milicias de las FDLR (Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda) y los VDP (Voluntarios para la Defensa de la Patria)/Wazalendo", así como "el despliegue de drones de ataque y aviones de combate contra la población civil, en particular los banyamulenge y otros tutsis congoleños", que, junto a las anteriores, "subrayan la gravedad de la crisis".

El jefe de la diplomacia ruandesa ha acusado asimismo a las autoridades de Kinshasa de contar con "fuerzas extranjeras" y de incluir a mercenarios en su "coalición", y ha instado a su vecino occidental a "rechazar la solución militar e implementar de buena fe el Acuerdo de Paz de Washington, que representa una oportunidad única para poner fin a este conflicto que se ha prolongado demasiado tiempo".

"Preocupa especialmente a Ruanda el surgimiento de las milicias VDP/Wazalendo, armadas y apoyadas por el Gobierno de RDC, que están cometiendo innumerables abusos", ha afirmado Nduhungirehe, quien ha asegurado que "su brutalidad, métodos e ideología guardan un alarmante parecido con los de las milicias genocidas de 1994 en Ruanda". "Se requieren medidas enérgicas para poner fin a esta peligrosa situación antes de que sea demasiado tarde", ha agregado.

Al hilo, ha aseverado que "la persecución y masacre de los tutsis congoleños, incluidas las comunidades banyamulenge, constituyen crímenes de lesa humanidad que presentan todas las señales de alerta temprana de un genocidio".

Asimismo, el representante ruandés ha afeado a la Misión de paz de Naciones Unidas en RDC(MONUSCO), establecida en 1999, que "no haya logrado detener la proliferación de grupos armados". "En cambio, la MONUSCO ha terminado trabajando junto a una coalición que incluye a las FDLR, contraviniendo más de 20 resoluciones del Consejo de Seguridad que exigen la neutralización de este grupo", ha denunciado, pidiendo una revisión urgente sobre el estado de la misión.

"Ruanda está profundamente preocupada por la persistencia de la ideología genocida y los crímenes conexos en el este de RDC, bajo la atenta mirada de la comunidad internacional y de la propia ONU", ha manifestado el ministro de Exteriores, instando a la comunidad internacional "a no hacer la vista gorda una vez más".

La denuncia de Kigali, coincide con la realizada por la ONG Human Rights Watch, que a mediados de septiembre señaló a los combatientes de Wazalendo por "acosar amenazar, secuestrar y restringir el acceso a los servicios a los miembros de la comunidad banyamulenge de Uvira (este), que son tutsis congoleños residentes en Kivu Sur acusándolos de apoyar al M23", en alusión al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo, respaldado por Ruanda y que ha capturado partes de Kivu Sur, con la oposición de Wazalendo.

Ante la violenta situación, las autoridades centrales de RDC viajaron entonces a la localidad de Uvira, situada en Kivu Sur, para realizar consultas que incluyeron a representantes de grupos wazalendo y miembros de la sociedad civil.

RDC y Ruanda firmaron a finales de junio un acuerdo de paz en el que se comprometen a poner fin a la actividad de grupos armados como el M23 o las FLDR, fundadas por extremistas hutus que huyeron de Ruanda tras el genocidio de 1994.

El pacto fue alcanzado tras los contactos lanzados después de que los rebeldes del M23 tomaran durante los últimos meses las capitales de las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, en medio de una ofensiva relámpago que ha dejado miles de nuevos desplazados.

Contador