Publicado 10/07/2025 03:45

O.Próximo.- La fallida Cumbre de Camp David cumple 25 años en plena ofensiva de Israel en Gaza y sin un horizonte de paz

Archivo - July 27, 2000, Thurmont, Maryland, USA: Prime Minister Ehud Barak of Israel, left, United States Secretary of State Madeleine Albright, center, and Palestinian Authority Chairman Yasser Arafat, left, greet each other at dinner at Camp David in T
Archivo - July 27, 2000, Thurmont, Maryland, USA: Prime Minister Ehud Barak of Israel, left, United States Secretary of State Madeleine Albright, center, and Palestinian Authority Chairman Yasser Arafat, left, greet each other at dinner at Camp David in T - Europa Press/Contacto/White House - Archivo

El encuentro tuvo lugar entre críticas palestinas al posicionamiento de EEUU y la falta de aplicación de los Acuerdos de Oslo

MADRID, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -

El fracaso de la Cumbre de Camp David, celebrada en julio de 2000 y que se saldó sin acuerdo, cumple 25 años en un momento en el que el conflicto palestino-israelí atraviesa uno de sus mayores repuntes a raíz de los ataques del 7 de octubre de 2023, encabezados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y que llevaron a Israel a lanzar una cruenta ofensiva contra la Franja de Gaza que derivó en un conflicto en gran parte de Oriente Próximo.

La cumbre, acogida por el entonces presidente estadounidense, Bill Clinton, tuvo lugar entre el 11 y el 25 de julio de 2000 y contó con la presencia de Ehud Barak y Yaser Arafat, en esa época primer ministro de Israel y presidente de la Autoridad Palestina, respectivamente, en un fallido intento por lograr un acuerdo que pusiera fin a décadas de un conflicto aún sin solución.

La decisión de Clinton de que Camp David acogiera las reuniones buscaba trasladar la sensación de éxito de los Acuerdos de Camp David de 1978, en los que El Cairo y Tel Aviv firmaron un acuerdo de paz, lo que convirtió a Egipto en el primer país de la región en dar este paso desde la creación de Israel en 1948, origen del actual conflicto, especialmente debido a que el Estado de Palestina no se ha visto materializado desde entonces pese a los llamamientos internacionales a tal fin.

El encuentro tuvo lugar al hilo de la Conferencia de Paz de Madrid, celebrada en 1991 para impulsar el proceso de paz, una reunión patrocinada por Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y que supuso la antesala de los Acuerdos de Oslo, firmados en 1993 y vaciados de contenido por la falta de aplicación sobre el terreno.

Por ello, las negociaciones estuvieron marcadas por el escepticismo, también en lo relativo al papel de Estados Unidos, ya considerado por los palestinos como una parte interesada por su apoyo a Israel, algo que dificultó que las posturas, muy alejadas desde el inicio, fueran acercadas con la mediación de Clinton, que buscaba sumarse un tanto diplomático antes de abandonar la Casa Blanca a principios de 2001.

Las diferencias quedaron patentes desde un inicio y estuvieron marcadas por las críticas de Arafat a Barak por no aplicar los Acuerdos de Oslo, especialmente en lo relativo a la paralización de la construcción en asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, que avanzaron rápidamente bajo su mandato, dando al traste con las expectativas de alcanzar un documento por escrito que llevara a un acuerdo definitivo en cinco años, lo que fue el objetivo planteado antes del proceso.

De hecho, Arafat ya mostró resistencia a los llamamientos de Clinton a participar en este encuentro, especialmente debido a que Barak había intentado lograr un acuerdo de paz con Siria --que se sumara a los alcanzados con Egipto y posteriormente con Jordania, en 1994--, como parte de un esfuerzo para normalizar relaciones con los países de la región antes de embarcarse en un diálogo con los palestinos.

Por su parte, Barak no tenía confianza en la voluntad de Arafat de lograr un acuerdo, lo que derivó en que los políticos prácticamente no se reunieran en Camp David, dependiendo todos los contactos de las conversaciones entre delegaciones, lo que dificultó las comunicaciones y provocó una mayor exasperación, especialmente ante las dudas sobre la posibilidad de sacar algo en claro.

El fracaso, que derivó además en acusaciones de Clinton contra Arafat por su responsabilidad en este hecho, algo respaldado por Israel y rechazado por los palestinos, que denunciaron que Barak únicamente presentó propuestas orales que eran inaceptables y criticaron a Washington por su posicionamiento, supuso además uno de los principales catalizadores de la Segunda Intifada, desatada en septiembre.

LA SEGUNDA INTIFADA

Así, la Segunda Intifada estalló de forma violenta ante la falta de avances y la ausencia de un horizonte político al conflicto palestino-israelí, así como el descontento entre la población palestina por el papel de la Autoridad Palestina y lo que consideraban un fracaso a la hora de lograr que los Acuerdos de Oslo fueran aplicados para avanzar hacia una solución diplomática.

El levantamiento se desató a raíz de una polémica visita del político ultranacionalista Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas --conocida como Monte del Templo por los judíos y como Noble Santuario por los musulmanes--, un hecho que provocó manifestaciones y disturbios ante los que las fuerzas israelíes respondieron con violencia, matando a más de cien palestinos en apenas unas semanas.

La Segunda Intifada, más marcada por la violencia que la primera --entre 1987 y 1993 y caracterizada generalmente por las protestas no violentas y la desobediencia civil-- incluyó más de un centenar de atentados suicidas, muchos de ellos contra objetivos civiles, llegando a una conclusión en 2005 tras un acuerdo entre Sharon, entonces ya primer ministro, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, quien reemplazó a Arafat, muerto en noviembre de 2004 tras meses de cerco israelí a su oficina en la Mukata.

El acuerdo sobre el fin de la intifada fue alcanzado en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij e incluyó un repliegue de fuerzas israelíes de Cisjordania y un compromiso con la 'hoja de ruta' planteada en 2003 por el Cuarteto para Oriente Próximo, un hecho que generó una esperanza limitada a la falta de avances de relevancia en los años posteriores en el plano diplomático a pesar de la retirada total israelí de Gaza en 2005.

SIN HORIZONTE POLÍTICO

A pesar de que el 'Plan de Desconexión' de Israel de la Franja había generado expectativas, las disputas tras la victoria de Hamás en las elecciones de 2006 y el conflicto intrapalestino desatado como consecuencia --que llevó a una división territorial y administrativa entre Gaza y Cisjordania, donde los asentamientos y las incursiones militares israelíes siguieron aumentando--, así como el creciente rechazo en Israel a la solución de dos Estados sepultaron cualquier intento serio de lograr un acuerdo.

Estados Unidos acometió en 2013, durante la Presidencia de Barack Obama, un nuevo intento de relanzar unas negociaciones sobre asuntos de estatus final, si bien los contactos colapsaron un año después por la negativa de Israel a detener su construcción de asentamientos y sus críticas a los esfuerzos de la Autoridad Palestina por obtener un mayor reconocimiento internacional a través de su adhesión a diferentes organismos globales.

La negativa de Israel a la hora de embarcarse en unas negociaciones a partir de la solución de dos Estados, respaldada por la inmensa mayoría de la comunidad internacional, se vio acompañada por varias ofensivas contra Gaza, lo que elevó las tensiones entre Hamás y Al Fatá, el partido de Abbas, sin que los esfuerzos de reconciliación nacional hayan llegado a buen puerto, también en parte por las presiones israelíes.

El proceso diplomático ha estado marcado además por el giro de Washington respecto al conflicto, incluido su reconocimiento en diciembre de 2017 de Jerusalén como capital de Israel y los acuerdos de paz impulsados por Donald Trump en septiembre de 2020 entre Israel y Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin, Marruecos y Sudán, que favorecen los esfuerzos israelíes de lograr acuerdos regionales, dejando de lado a los palestinos.

Asimismo, la propuesta de Trump en 2020 sobre un 'acuerdo del siglo' recibió el rechazo palestino, que consideró el plan como sesgado y como una puerta abierta a la anexión de Cisjordania, una propuesta planteada ya abiertamente por ministros israelíes en medio del conflicto desatado tras los ataques del 7 de octubre de 2023, sin que por ahora haya un acuerdo de alto el fuego ni expectativas reales de un proceso de paz que pueda poner fin al histórico conflicto.

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