Publicado 12/11/2025 13:33

MSF alerta de que más de la mitad de los llegados a Tawila huyendo de El Fasher (Sudán) sufren desnutrición

Desplazados relatan las duras condiciones en El Fasher por la ofensiva de las RSF y dicen que tuvieron que comer pienso para animales

Unidad de cuidados intensivos en el área de pediatría en un hospital en Tawila, Sudán
Unidad de cuidados intensivos en el área de pediatría en un hospital en Tawila, Sudán - AURÉLIE LÉCRIVAIN/MSF

MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha advertido este miércoles de que más de la mitad de las personas que han llegado a la ciudad de Tawila huyendo desde la capital de Darfur Norte, El Fasher, tras la toma de la localidad a finales de octubre por parte de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) presentan desnutrición aguda, en lo que describe como "el ejemplo más grave hasta la fecha" desde el inicio de la guerra en abril de 2023.

La ONG ha indicado que "más del 70 por ciento" de los niños menores de cinco años llegados a Tawila desde el 27 de octubre, cuando las RSF tomaron El Fasher, y el 3 de noviembre presentaban desnutrición aguda, con un 35 por ciento sufriendo desnutrición aguda severa. Entre los 1.130 adultos evaluados en este periodo, el 60 por ciento sufría desnutrición aguda, con un 37 por ciento en desnutrición aguda severa.

"Las cifras son aún más elevadas entre mujeres embarazadas y en periodo de lactancia", ha dicho, antes de resaltar que, si bien durante meses sus equipos en Tawila han tratado a personas desnutridas que huyeron de El Fasher, las tasas actuales son "alarmantes", un reflejo de la crisis en la ciudad, cercada durante cerca de año y medio por los paramilitares y escenario de matanzas y atrocidades tras su toma por parte de las RSF.

Así, MSF ha hecho hincapié en que estos datos "confirman los temores de que la hambruna ha devastado a la población de El Fasher", al tiempo que coinciden con el reciente informe de la Clasificación Integrada por Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC), que constató hambruna tanto en El Fasher como en Kadugli, en el estado de Kordofán Sur.

Los llegados a Tawila han relatado además las duras condiciones de vida en El Fasher, sin acceso a alimentos por el cierre de las cocinas comunitarias, el bloqueo a la ayuda humanitaria y los ataques contra mercados hasta quedar desabastecidos, lo que provocó además un drástico aumento de los precios de los alimentos.

"Teníamos tanta hambre que empezamos a comer ambaz (pienso para animales). Al principio era gratis, pero después tuvimos que comprarlo por 20.000 libras sudanesas el kilogramo y medio (cerca de 6,9 euros) y en junio ya costaba 50.000 libras sudanesas (unos 17,25 euros)", ha afirmado una mujer desplazada en Darfur Norte.

En esta línea, una mujer ha dicho que uno de sus primos "desapareció en junio cuando intentó por primera vez llevar comida, y desde entonces no hemos sabido nada de él". "A la salida de El Fasher se topó con combatientes de las RSF en motocicletas, que les tirotearon", ha manifestado esta mujer, que huyó de la ciudad en octubre.

MSF ha expresado su temor de que muchas personas sigan atrapadas en El Fasher y sus alrededores, retenidas para pedir rescates a cambio de su liberación, antes de insistir en que la RSF y otros grupos aliados deben poner fin a sus "atrocidades masivas" y permitir corredores seguros para que los sudaneses puedan escapar.

Además, ha manifestado que las dificultades de estas personas no terminan al llegar a Tawila y ha indicado que la mitad de las 6.500 embarazadas llegadas la ciudad en lo que va de año que han sido atendidas por MSF en consultas prenatales estaban desnutridas de forma aguda --un 15 por ciento con desnutrición severa y un 35 por ciento con desnutrición moderada--, una situación pone a sus hijos en grave riesgo de nacer con bajo peso o ya desnutridos.

DETERIORO DE LA SITUACIÓN NUTRICIONAL EN TODO EL PAÍS

Por otra parte, la organización ha destacado que sus equipos en todo Sudán han observado en los últimos meses un deterioro generalizado del estado nutricional de los niños, una crisis impulsada por "factores superpuestos" como la escasez de alimentos, las enfermedades, la inseguridad, la falta de medios de subsistencia y las condiciones de vida insalubres.

"En todo Sudán hay mucho por hacer para reducir el sufrimiento causado por la desnutrición. Pedimos a todas las partes en conflicto que permitan a las organizaciones humanitarias un acceso seguro y sin trabas para ampliar los servicios y ayudar a contener esta crisis", ha dicho la coordinadora de emergencias de MSF, Myriam Laaroussi.

La ONG ha explicado además que el desplazamiento dentro de Sudán y desde otros países desempeña también un papel en el aumento de la desnutrición y ha puesto como ejemplo el caso del estado de Nilo Azul (este), donde la llegada de sudaneses retornados desde Sudán del Sur desde junio ha llevado "al límite" los pocos recursos disponibles.

En esta zona del país africano, miles de familias viven en asentamientos improvisados con escaso acceso a agua potable, alimentos o servicios de higiene, lo que ha desencadenado un brote de cólera y un aumento de muertes infantiles evitables. Así, entre julio y septiembre fueron tratados 1.950 niños con desnutrición severa en el hospital universitario de Damazin, cien de los cuales fallecieron.

En el caso del estado de Jartum, la situación ha empeorado desde junio, cuando más de 700.000 retornados regresaron a barrios devastados por la guerra después de que el Ejército lograra recuperar el control de la zona tras expulsar a las RSF, que la tenían bajo su control desde el estallido del conflicto.

El hospital Al Buluk, en Omdurmán, registró la admisión de 351 pacientes desnutridos en septiembre, mientras que el hospital Al Banjadid, en la ciudad de Jartum, detectó que el 46 por ciento de los niños y niñas evaluados en consulta estaban desnutridos. MSF ha subrayado que la respuesta humanitaria en Jartum "sigue estando muy por debajo de las necesidades, con pocas organizaciones presentes y falta de ayuda tanto de emergencias como a largo plazo".

Por ello, ha incidido en que la magnitud real de la crisis es probablemente "mucho peor de lo que reflejan los datos" y ha agregado que "sin un acceso seguro y sin restricciones a las personas en riesgo, y sin un aumento de la financiación y del apoyo humanitario por parte de las organizaciones internacionales, más niños seguirán expuestos a la prolongada crisis de desnutrición en Sudán".

La guerra civil de Sudán estalló a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir, ya dañado tras la asonada que derribó en 2021 al entonces primer ministro, Abdalá Hamdok.

El conflicto, marcado por la intervención de varios países en apoyo a las partes en guerra, ha sumido al país en una de las mayores crisis humanitarias a nivel mundial, con millones de desplazados y refugiados y ante la alarma internacional por la propagación de enfermedades y los daños sufridos por infraestructuras críticas, que impiden atender a cientos de miles de damnificados.

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