MADRID 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
Hasta un 52 por ciento de los profesionales sanitarios ha apuntado que mejorar el acceso a los sistemas de monitorización continua de la glucosa son la medida más eficaz para transformar el manejo de la diabetes tipo 2, según un estudio realizado en Europa y Oriente Próximo de Dexcom.
Un 57 por ciento de los encuestados ha apuntado a una educación temprana sobre alimentación y estilo de vida, y otro 38 por ciento de ha considerado que los medicamentos son prioritarios para controlar una enfermedad que a nivel europeo afecta a 61 millones de personas, cuya vida diaria supone un "ejercicio constante" de equilibrio al organizar las comidas o mantenerse activas sin miedo a las variaciones de glucosa.
La mayor parte de los sanitarios ha mostrado su apoyo a la monitorización continua de glucosa como tratamiento estándar para la diabetes tipo 2, independientemente de si se usa o no insulina.
Hasta un 96 por ciento se ha mostrado de acuerdo en que las personas que utilizan múltiples dosis diarias de insulina deberían tener acceso a la monitorización continua de glucosa, y otro 86 por ciento cree que a las personas en tratamiento con insulina basal se les debería ofrecer la monitorización continua de glucosa.
"Este informe recoge la voz de cientos de profesionales sanitarios en primera línea (...) Ellos disponen de las herramientas para cambiar el curso de la diabetes tipo 2, pero existen barreras, especialmente para las personas en tratamiento con insulina basal, que impiden que estas mejoras lleguen a todos los que las necesitan", ha señalado la jefa de Acceso a Mercados de Dexcom España, Cristina Rodríguez Escolar.
FALTA DE CONOCIMIENTO ENTRE LAS PERSONAS CON DIABETES
El informe señala que, a pesar de este respaldo, muchas personas con diabetes tipo 2 carecen de conocimientos sobre la monitorización continua de glucosa, y han expresado la necesidad de recibir más educación al respecto.
Al mismo tiempo, un tercio por ciento de los profesionales sanitarios ha manifestado que las limitaciones presupuestarias y los criterios de elegibilidad son las dos cuestiones que más restringen la implantación de la monitorización continua de glucosa.
"Esta falta de concienciación, junto con las limitaciones políticas y presupuestarias, ha creado importantes barreras para el acceso y la adopción. Sin embargo, entre los que conocen la monitorización continua de glucosa, las expectativas sobre su impacto son altas", reza el texto.
Cabe destacar que España actualizó sus políticas de reembolso para la monitorización continua de glucosa para incluir a las personas con diabetes tipo 2 que siguen un tratamiento con múltiples dosis de insulina, con el objetivo de ampliar el acceso, un enfoque similar al de Reino Unido.
Para impulsar la implementación, se están desarrollando programas formativos dirigidos al personal sanitario y la integración de los datos de monitorización continua de glucosa en las historias clínicas electrónicas, con el fin de aumentar la concienciación y la utilización.
Los datos también muestran que un 77 por ciento de aquellos que nunca han usado estos sistemas cree que podría mejorar su calidad de vida, algo que corrobora un 93 por ciento de sus usuarios, que señala como ha supuesto una "verdadera y efectiva" mejora en su bienestar físico y mental.
En ese sentido, los autores del documento han pedido abordar las carencias educativas y ampliar el acceso para "transformar" la forma en que se gestiona la diabetes tipo 2 y asegurar la "sostenibilidad" del sistema sanitario.
"Este informe pone cifras a una realidad con la que conviven cada día las personas con diabetes. No se trata solo de controlar la glucosa: se trata de poder disfrutar de una comida en familia sin miedo o de practicar deporte con confianza. La tecnología no es un lujo, es una herramienta esencial que devuelve a las personas el control y la libertad para vivir con plenitud", ha declarado el presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE), Antonio Lavado.
El informe también ha planteado un abordaje integral de la diabetes tipo 2, que combine educación y un acceso equitativo a tecnologías ya validadas, de forma que se mejora tanto la calidad de vida de los pacientes como la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS).