MADRID 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores liderados por el Hospital General de Massachusetts (Mass General Brigham, Estados Unidos) ha sugerido que el seguimiento de una dieta mediterránea podría ayudar a reducir el riesgo genético de sufrir demencias como el Alzheimer.
El estudio, publicado en la revista 'Nature Medicine', ha revelado que las personas con un mayor riesgo de Alzheimer han mostrado mayores beneficios tras seguir una dieta mediterránea, viendo reducido el riesgo de demencia, en comparación con aquellos que tenían un riesgo genético menor.
"Una de las razones por las que queríamos estudiar la dieta mediterránea es que es el único patrón dietético que se ha relacionado causalmente con beneficios cognitivos en un ensayo aleatorizado", ha afirmado la primera autora del estudio e investigadora del Departamento de Medicina del Hospital Brigham and Women's, la doctora Yuxi Liu.
Tras ello, ha explicado que uno de sus principales objetivos era determinar si este beneficio podría ser diferente en personas con diferentes antecedentes genéticos y examinar la función de los metabolitos sanguíneos, que reflejan cómo el cuerpo procesa los alimentos y realiza sus funciones normales.
Las personas que seguían esta dieta también han presentado un deterioro cognitivo más lento, especialmente en el grupo de alto riesgo con dos copias de la variante del gen APOE4, el factor de riesgo genético más importante para la enfermedad de Alzheimer esporádica, y es que las personas con dos copias de este gen tienen un riesgo doce veces mayor de desarrollar Alzheimer que quienes no la presentan.
"Estos hallazgos sugieren que las estrategias dietéticas, en concreto la dieta mediterránea, podrían ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y prevenir la demencia al influir ampliamente en vías metabólicas clave", ha subrayado Liu.
Además, la investigadora ha incidido en que esta recomendación es de aplicación general pero que podría ser "aún más importante" para aquellas personas con un mayor riesgo genético.
Para la investigación se han analizado los datos de 4.215 mujeres del Estudio de Salud de Enfermeras de Estados Unidos, a quienes se les ha realizado un seguimiento entre 1989 y 2023 (edad promedio de 57 años al inicio).
A la hora de validar sus hallazgos, los investigadores han analizado datos similares de 1.490 hombres del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud de Estados Unidos, a quienes se les ha realizado un seguimiento entre 1993 y 2023.
Además, han evaluado los patrones dietéticos a largo plazo mediante cuestionarios de frecuencia alimentaria y analizado muestras de sangre de las participantes para detectar una amplia gama de metabolitos, usando datos genéticos para evaluar el riesgo hereditario de cada participante de padecer Alzheimer.
Posteriormente, se realizó un seguimiento de las participantes a lo largo del tiempo para detectar nuevos casos de demencia. Un subgrupo de 1.037 mujeres se sometió a pruebas cognitivas telefónicas periódicas.
Entre las principales limitaciones del estudio se encuentran que la cohorte estaba compuesta por individuos con un alto nivel educativo de ascendencia europea, motivo por el que se ha apuntado la necesidad de una mayor investigación en poblaciones diversas.
Aunque el estudio revela asociaciones importantes, la genética y la metabolómica aún no forman parte de la mayoría de los modelos clínicos de predicción del riesgo de Alzheimer, así que han instado a realizar más investigación para aplicar estos hallazgos a la práctica médica habitual.
"En futuras investigaciones, esperamos explorar si la focalización de metabolitos específicos a través de la dieta u otras intervenciones podría proporcionar un enfoque más personalizado para reducir el riesgo de demencia", ha añadido Liu. En la investigación también han participado la Escuela de Salud Pública T. H.Chan de Harvard y el Instituto Broad del MIT y Harvard, de Estados Unidos.