Publicado 07/07/2025 08:03

Proveedores alternativos, reducción de compras y producción nacional, claves ante las tensiones comerciales

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MADRID 7 Jul. (EUROPA PRESS) -

Acudir a proveedores alternativos, sustituir productos importados por otros similares, reducir las compras o aumentar la producción nacional son algunas de las alternativas a las que pueden acogerse las empresas para hacer frente a las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos que afectan al comercio mundial.

Así se pone de manifiesto en el informe sobre nuevo comercio global (Great Trade Rearrangement) realizado por el McKinsey Global Institute, que analiza cómo las empresas podrían buscar reorganizar el abastecimiento hacia proveedores alternativos en medio de la presión sobre el comercio entre Estados Unidos (EE.UU.) y China, y los efectos en cadena que esto podría generar.

Para respaldar este análisis, McKinsey introduce un 'índice de reorganización', que mide el potencial de reordenación de las importaciones estadounidenses procedentes de China y cómo podría repercutir en todo el mundo.

El informe de la consultora indica que "los aranceles han saltado a la palestra pública", desde que el 2 de abril de 2025, Estados Unidos diera a conocer aranceles específicos para cada país, definidos mediante una fórmula basada en los déficits comerciales de bienes.

"Las importantes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China podrían haber llegado para quedarse", asegura la consultora, que indica que "cuando se combinan con medidas políticas anteriores, los aranceles y la geopolítica se corresponden claramente" y las economías más "alejadas geopolíticamente" de Estados Unidos, en particular China, tienden a enfrentarse a los aranceles más elevados.

"Si se mantiene la situación actual, las importaciones estadounidenses podrían desplazarse de China a países con aranceles más bajos y que históricamente han estado más alineados geopolíticamente con Estados Unidos", asegura el informe.

McKinsey señala que antes de 2025 la geometría del comercio se había ido desplazando a lo largo de las líneas geopolíticas y apunta que "los últimos acontecimientos pueden acelerar este realineamiento".

Así, indica que muchas empresas estadounidenses están considerando fuentes alternativas de suministro e indica que sin un cambio a fuentes diferentes, los precios pueden subir, y las empresas y consumidores estadounidenses podrían tener que reducir o reemplazar, sustituyendo un producto por otro suficientemente similar. Cuanto más elevados sean los aranceles, más significativa será la reducción o sustitución potencial, apostilla.

Una alternativa, asegura, es potenciar las capacidades de fabricación estadounidenses existentes, como automóviles, y reconstruir las inactivas, como chips y barcos, un cambio que "también podría producirse en otros países", pero que "requiere tiempo, dinero y conocimientos técnicos", indica.

INFLUENCIA DEL RATIO DE REORGANIZACIÓN

Haciendo uso del "índice de reorganización", centrado en cuantificar la dificultad del cambio, McKinsey sostiene que "el 35% de las importaciones de EE.UU. procedentes de China tienen un ratio inferior a 0,1"; lo que significa "un mercado mundial de exportación disponible diez veces mayor que las importaciones actuales de EE.UU. procedentes de China", como las camisetas o los chips lógicos.

Para ratios superiores, la reorganización se hace "más difícil", y para el 5% del comercio con un ratio superior a 1,0, como pueden ser los imanes de tierras raras, las importaciones estadounidenses de China superan las exportaciones mundiales disponibles.

Por otra parte, Mckinsey señala que los bienes de consumo son más difíciles de reordenar que los insumos empresariales. Así, el 61% de las importaciones de insumos empresariales tienen un ratio de reordenación inferior a 0,1, frente al 16% de los bienes de consumo. Los principales productos, como ordenadores portátiles, teléfonos inteligentes y juguetes, son más difíciles de reordenar.

EL PAPEL DE EUROPA

En este contexto, "Europa aparece como el punto de apoyo de la reordenación del comercio". En nueve simulaciones distintas, tanto las importaciones europeas procedentes de China como las exportaciones a Estados Unidos aumentan en casi 200.000 millones de dólares, expone el estudio.

Además, a medida que el comercio intraeuropeo se desplaza hacia Estados Unidos deja huecos que se llenan con el aumento de las exportaciones chinas, suponiendo que Europa no decida alterar sus propias políticas comerciales. Otros también se verán afectados y "las exportaciones a Estados Unidos de hasta 70 países pueden aumentar más de un 10%".

Europa ocupa un lugar central en la reordenación del comercio en la mayoría de los sectores. Los tres mayores sectores de importación de EE.UU. desde China -electrónica, otras manufacturas y textiles- son los que más contribuyen a la reordenación general. En todas las simulaciones, Europa aumenta sus exportaciones a EE.UU. en estos sectores.

"Todo ello pone de relieve la posible profundización de la interdependencia comercial entre Europa y China", señala.

CÓMO ACTUAR ANTE ESTA SITUACIÓN

McKinsey considera posible que las empresas multinacionales tengan que navegar en un entorno en el que "la distancia geopolítica del comercio estadounidense se acorta, la relación comercial China-Europa se profundiza y surgen excedentes y escasez de productos entre países, al menos a corto plazo".

Ante esta situación de "incertidumbre", señala que las empresas pueden considerar medidas de reducción, sustitución, aumento y reorganización para responder a las posibles interrupciones del comercio.

McKinsey sostiene que "la reordenación del comercio promete remodelar la geometría del comercio mundial" estableciendo el telón de fondo para que las empresas desarrollen su capacidad de resistencia en un mundo reordenado".

Así, indica que las estrategias tendrán que hacer frente a la continua incertidumbre y a los continuos cambios, ya que los clientes comprarán cosas nuevas de fuentes nuevas y las utilizarán de formas nuevas. En este contexto, la consultora afirma que "la granularidad es clave" y "los cambios en miles de productos modificarán la geometría del comercio mundial".

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