Publicado 27/10/2025 07:44

Carolina, mujer migrante que huyó de la violencia y sufrió la dana:"Nunca creí que pudiera pasar en un país como España"

Una investigación documenta la "triple discriminación" que sufre esta población en invita a abandonar el "racismo institucional y cultural"

Voluntarios vuelven a sus casas tras ayudar a limpiar los estragos ocasionados por la DANA, a 4 de noviembre de 2024, en Benetússer, Valencia.
Voluntarios vuelven a sus casas tras ayudar a limpiar los estragos ocasionados por la DANA, a 4 de noviembre de 2024, en Benetússer, Valencia. - ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ - EUROPA PRESS - ARCHIVO

   VALÈNCIA, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -

   "Parecía el fin del mundo: todo inundado de lodo, coches apilados... en mi vida había visto algo así, pensé que este tipo de cosas pasaban en lugares del Tercer Mundo, como del que yo vengo, pero nunca esperé que pudiera suceder en un país como España".

    Así relata Carolina, una mujer migrante procedente de Honduras que llegó en julio de 2024 a la Comunitat Valenciana y que solo unos meses después vivió en primera persona el trágico 29 de octubre, el día de la dana que arrasó gran parte de la provincia de Valencia y acabó con la vida de 229 personas.

    Carolina recaló en España desde Honduras tras la invitación de una amiga, cuya situación administrativa ya estaba regularizada y contaba con un puesto de trabajo en una residencia de ancianos. Al ver que tenía oportunidades laborales, esta licenciada en Administración de Empresas y técnico especialista en radiodiagnóstico, decidió probar suerte en España para huir "de la inseguridad y de la violencia" que padecía en su país.

    Consiguió empleo cuidando a un anciano en una vivienda ubicada en la calle Orba, en una de las zonas entre Benetússer y Alfafar donde la corriente arremetió con mayor fuerza. Era, además, una primera planta y el lodo quedó a las puertas de la casa. Junto con otra vecina, pudo auxiliar al anciano, que iba en silla de ruedas, y refugiarse en la última planta.

   La catástrofe le ha dejado una huella "inolvidable": "Se ha grabado en mi pensamiento y en mi corazón como a tantas personas", relata en una conversación con Europa Press.

   Carolina se muestra aún indignada por la falta de avisos a la población "inocente que andábamos a los trabajos, a los colegios..." y con la "insuficiente" respuesta a la emergencia por parte de las instituciones. Por contra, agradece la labor de los medios de comunicación --"fue gracias a ellos por lo que el mundo se enteró de la gran magnitud de la tragedia", subraya-- y, sobre todo, la de la multitud de voluntarios que acudió a Valencia a dar "la primera ayuda".

    Carolina cree que esa "presión de la sociedad" y también "la lucha" de asociaciones de ayuda a personas migrantes impulsó al Gobierno a poner en marcha el proceso extraordinario de regularización en el que ella acabó entrando "de milagro", ya que, en un principio, no pudo empadronarse y, por tanto, iba a quedar fuera.

    Sin embargo, se dejó una "pequeña puerta abierta" a que los ayuntamientos hicieran un informe, lo que le permitió finalmente poder acogerse al procedimiento y lograr la regularización el pasado 20 de agosto. De esta manera, vislumbra un horizonte en el que poder formarse, trabajar y convalidar sus estudios.

   El proceso de regularización estuvo abierto hasta mediados de mayo de 2025 y recibió cerca de 26.000 solicitudes, de las que aproximadamente un 95% fueron aceptadas.

    Sobre su relación con los vecinos, Carolina, que ahora se ha trasladado a vivir a València, asegura que "sintió" que las amistades que hizo surgieron a partir de la dana.

    Además, remarca que "no se da por aludida" ante determinados discursos que criminalizan la inmigración porque ella ha venido "a trabajar y a ayudar". "Me produce cólera cuando escucho a esa parte de los políticos decir que los inmigrantes irregulares reciben ayudas... eso es mentira, porque si no estás regularizado no recibes ayudas. Venimos a ayudar y a trabajar y muchas veces sin derechos", subraya. Y atribuye este tipo de afirmaciones a "peleas entre bandos" para conseguir "el poder".

    La historia de Carolina es una de las que se narran en el proyecto de investigación 'También son vecinas', mediante el cual la periodista valenciana Mar Juan documenta "la triple discriminación vivida por las personas migrantes en la dana".

   "Cuando digo triple discriminación me refiero a, por una parte, el acceso a las ayudas, a las que no pudieron acceder hasta la regularización porque no constaban en ningún sitio; el acceso a la vivienda y también los discursos de odio y prejuicios", explica Juan a Europa Press.

    "Tenemos que aprender a ser conscientes de nuestros privilegios y abandonar este racismo institucional y cultural", aboga la periodista, que ha reunido en este análisis (que se puede consultar en https://jgmarjuan.wixsite.com/tambiensonvecinas/conoce-a-tus-vecinas) una serie de testimonios personales que invitan a profundizar en el conocimiento de mujeres y hombres migrantes que también son damnificados de la barrancada.

    Son las vivencias, entre otras muchas, de Nilka, que bebía agua con café en la cocina cuando el agua irrumpió en su hogar en Massanassa; Nelly, quien pasó ocho meses en una "infravivienda" y sin poder empadronarse; Silvia, creadora de la red de apoyo entre mujeres migrantes 'Nosotras - Dones migrants Paiporta'; o Ártico, barbero y tatuador venezolano, solicitante de asilo, que rabajaba en Benetússer cuando le sorprendió "el tsunami".

Contador

Contenido patrocinado