Actualizado 29/03/2014 14:46

El Parlamento cubano aprueba la ley de Inversión Extranjera

El Parlamento cubano aprueba la Ley de Inversion Extrajera
Foto: CUBADEBATE

MADRID, 29 Mar. (Notimérica/EP) -

   El Parlamento cubano ha aprobado este sábado la Ley de Inversión Extranjera, que "ofrece garantías" a los capitales foráneos al tiempo que "mantiene el respeto y la defensa de la soberanía del país sobre sus recursos", con el fin de "fortalecer el desarrollo económico y social" de la isla caribeña.

   "Los parlamentarios cubanos aprobaron por mayoría la nueva Ley de Inversión Extranjera, fruto de un largo proceso de consulta a especialistas, organismos, entidades e instituciones relacionadas con esta materia", ha anunciado el diario 'Cubadebate'.

   De acuerdo con la prensa oficial, la nueva norma jurídica tiene como objetivo "fortalecer el desarrollo económico y social cubano, lo cual significa también consolidar el proyecto social socialista, próspero y sostenible".

   Se trata del mismo fin que alumbró la Ley de Inversión Extranjera de 1995, cuando también se pretendía superar la crisis económica que se desató en Cuba a raíz del desmembramiento de la URSS, en 1991, debido a la gran dependencia soviética del país.

   La nueva Ley de Inversión Extranjera tratará de conseguir dicha meta combinando "las garantías al inversor foráneo" con "el respeto y defensa de la soberanía de Cuba sobre sus recursos humanos, naturales, tecnológicos y de mercados en los sectores productivo y de servicios".

   La clave para atraer capitales foráneos es la flexibilización de las exigencias fiscales a las empresas extranjeras que quieran invertir en la isla caribeña, que solo tendrán como límite el respeto a los recursos y la soberanía nacionales.

   A partir de ahora, las empresas extranjeras que inviertan en Cuba gozarán de una exención en el pago del impuesto sobre los ingresos personales durante ocho años y gozarán de una tasa especial del 15 por ciento, en lugar del 30 por ciento anterior. Además, las tasas por el uso de mano de obra desaparecen.

   En cuanto a los beneficios de sectores relacionados con las materias primas, especialmente la minería y el petróleo, la nueva norma jurídica rebaja al 22,5 por ciento la tributación, la mitad respecto a su antecedente legal.

   Otro de los avances legislativos es que se aceleran notablemente los procesos burocráticos para invertir en Cuba, que con el texto ya derogado podían demorarse meses hasta que el proyecto llegaba finalmente al Consejo de Estado y de Ministros, donde requería de al menos otros 60 días.

   La nueva Ley de Inversión Extranjera agiliza todos estos trámites, de modo que los pequeños negocios podrán ser aprobados por orden ministerial en 45 días y los de más enjundia deberán pasar un proceso algo más largo, pero sin llegar a los plazos anteriores.

   También permitirá progresos en lo tocante a la propiedad. En el caso de las personas --físicas o jurídicas-- extranjeras, aunque la antigua normativa permitía que adquirieran el dominio de bienes en territorio cubano, ponía varias trabas que ahora, según analistas económicos, se verán superadas.

   En cuanto a los cubanos residentes en el exterior, la legislación de 1995 no les excluía de poseer propiedades en la isla caribeña, pero en la práctica casi nunca se les permitió invertir. Aunque, se mantiene esa ambigüedad, también se espera que haya mejoras.

   No obstante, la nueva norma jurídica no permitirá en ningún caso que estos propietarios se beneficien de las ventajas fiscales que, en cambio, sí concede a empresas mixtas o a uniones empresariales entre compañías extranjeras y cubanas.

INVERSIÓN DE CAPITAL CUBANO

   Otra de las grandes novedades es que los cubanos que participen en empresas estatales y cooperativas no agrícolas, así como aquellos que dispongan de fincas privadas, estarán autorizados a formar sus compañías junto a inversos extranjeros.

   Sin embargo, algunas cláusulas de la legislación de 1995 se mantendrán, aunque, de acuerdo con los analistas económicos, podrían ir sufriendo modificaciones con la publicación de los reglamentos que acompañarán al nuevo texto.

CUESTIONES LABORALES

   Las empresas mixtas y las otras formas de asociación deberán seguir contratando mano de obra a través de las gestoras estatales, las cuales se encargarán de cambiar a pesos cubanos los salarios que los trabajadores deberán seguir recibiendo en pesos convertibles.

   Tampoco hay grandes cambios en lo que se refiere al personal, ya que los centros de trabajo deberán contratar en exclusiva a residentes cubanos, que podrán realizar cualquier labor, salvo estar al frente de los cargos ejecutivos y de gestión de alto nivel.

   En materia de controversias entre trabajadores y empleadores, será el Gobierno cubano quien se reserve la potestad de dirimir cualquier tipo de conflicto en suelo cubano, salvo que los convenios fijen otra sede.

   Por otro lado, las empresas podrán seguir exportando e importando sin necesidad de que intervenga ningún órgano del Estado u otros intermediarios.

ZONA ESPECIAL DE DESARROLLO DE MARIEL

   La Zona Especial de Desarrollo de Mariel, un puerto de contenedores en el oeste de la isla, dispondrá de sus propias leyes fiscales, que son bastante más favorables que las estipuladas para el resto de empresas y actividades en la nueva Ley de Inversión Extranjera.

   El puerto de Mariel es uno de los proyectos más ambiciosos del Gobierno de Raúl Castro para modernizar la economía de la isla caribeña abriendo espacios a la iniciativa privada y al capital extranjero.

   El Ejecutivo pretende levantar allí un gran parque industrial en el que las empresas extranjeras tendrán generosas exenciones fiscales y podrán aprovecharse de la mano de obra cualificada que existe en el país iberoamericano.

   Brasil es una de las principales fuentes de financiación extranjera en Cuba. Para la modernización del puerto de Mariel, su Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) ya ha invertido unos 700 millones de dólares, cantidad que podría aumentar dependiendo del número de empresas brasileñas que vayan sumándose a las obras.