Publicado 03/12/2025 05:54

Teresa Silva: "Mi padre me dijo que crear una fundación era un proyecto de vida y que no podía ser un capricho"

Archivo - Teresa Silva, presidenta de la Fundación También
Archivo - Teresa Silva, presidenta de la Fundación También - FUNDACIÓN TAMBIÉN - Archivo

MADRID 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Fundación También celebra en este año 25 años desde su creación, un tiempo que su presidenta, Teresa Silva, ha constatado "lo que han cambiado las oportunidades" para que las personas con discapacidad puedan hacer "todo tipo de deportes", algo en lo que incide su entidad, la cual lanzó como "un proyecto de vida" y no como "un capricho".

Ese fue el consejo que le dio su padre a Silva, deportista nata y que a finales de los 80 sufrió un accidente que le dejó en silla de ruedas y que una década después de ese percance decidió crear la Fundación También, la cual se ha convertido en un referente en inclusión y en deporte para personas con discapacidad en España.

"Parece increíble cómo pasa el tiempo de rápido y sobre todo lo que han cambiado las oportunidades que tienen ahora para hacer todo tipo de deportes las personas con cualquier tipo de discapacidad", celebra Teresa Silva en una entrevista con Europa Press.

La madrileña se quedó en silla de ruedas tras sufrir un accidente en 1989 cuando entrenaba con la selección española de parapente. Estuvo "nueve meses" en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y cuando salió "las cosas habían cambiado mucho en todos los aspectos".

"He sido una deportista desde que tengo uso de razón y no podía practicar más que deportes como el tenis de mesa, el baloncesto o natación que no se parecían en nada a los que me dedicaba antes como los aéreos, esquiar, navegar o montar en bici", relató.

Por ello, investigó y descubrió que "había gente en Estados Unidos que esquiaba sentada". "Pero en España no había nada y preguntando y buscando información encontré un lugar en Estados Unidos donde te enseñaban, pero había que ir a allí y comprarse un monoesquí. Era todo muy caro y para mí inviable", apuntó.

Pero eso no la detuvo y continuó "indagando". "De repente, unos monitores americanos vinieron a Sierra Nevada para el Mundial de Esquí. Habían preparado la estación sin barreras arquitectónicas y ahí tuve la oportunidad de probar el esquí y la primera mañana ya estaba esquiando sola, hubo un antes y un después de ese día. Y ahí sí que nace mi idea de compartir con gente con discapacidad esa sensación de libertad que volví a tener y sobre todo de crear algo para animar a la gente a practicarlo", remarcó.

Así, comenzó a colaborar con las asociaciones de personas con discapacidad, pero era "como muy complicado porque no se lo creían y aparte había que hacer una labor importante de formar monitores españoles, comprar el material y demás". Entonces, ya le surge la idea de crear la Fundación También. "No fue nada fácil y entre que lo empecé a pensar y lo puse en marcha, más o menos pasaron dos años y ya en 2000 empezamos a funcionar", explicó.

La dotación fundacional para poder ponerla en marcha "ya era cara", aunque ahora "es mucho más". Silva se centró en "dar a conocer a la sociedad el esquí alpino adaptado" y para ello creó "un equipo de exhibición y competición que fue un éxito increíble". "A partir de ahí la gente empezó a reaccionar y a darse cuenta de que esto era posible", resaltó la madrileña, "eternamente agradecida" a la empresa 'Santiveri' por animarla a crear una fundación a su "imagen y semejanza".

A partir de ese momento, fue "tocando puertas para buscar patrocinios". "Ya el primer año hubo muy buena acogida porque era una idea nueva y fresca. Conté con la ayuda de varios patrocinadores y pudimos poner en marcha diferentes programas para gente con cualquier tipo de discapacidad. Y además la fundación creció muchísimo en cinco años", rememoró.

"NO ESTABA NADA CONCIENCIADA CON LA DISCAPACIDAD"

"Mi padre, que fue la primera persona a la que se lo conté y que era una persona muy sabia y también había creado varias fundaciones, me dijo que era una labor muy ardua y que era un proyecto de vida y no podía ser un capricho. Yo creía en mi proyecto y me dijo que si lo tenía claro, que apoyaría", recuerda Teresa Silva, que escribió "cartas a muchísima gente" y que se encontró gente a su alrededor que "se entusiasmó con la idea".

Pese a ello, insiste en que "fácil no fue", aunque sí tuvo "mejor aceptación" de lo que pensaba. "Y yo creía firmemente en el deporte como una fórmula de inclusión social de personas con discapacidad, eso no había ninguna duda, porque cuando tuve mi accidente descubrí que era una persona muy fuerte por cómo llevé mi nueva vida en una silla", puntualizó.

"Me di cuenta que el haber practicado deporte toda mi vida me había inculcado unos valores fundamentales a la hora de afrontar algo tan duro como es que te sobrevenga una discapacidad. Yo era dinamita pura, pero nada concienciada con la discapacidad y me tuvo que pasar a mí para conocer una realidad que sufren millones de personas", confesó Silva.

Para esta, "la sociedad también ahora ha cambiado muchísimo la visión que tienen sobre la discapacidad", empezando por "el tema de las barreras arquitectónicas que entonces existían por todos los lados", aunque no duda de que "todavía hay muchísimo para hacer".

De estos 25 años, se siente especialmente satisfecha de "cómo" han cambiado "la vida" a muchas personas. "Tengo la capacidad de ver desde fuera el comportamiento de la gente, las caras de felicidad, las carcajadas. Hemos hecho especial hincapié en normalizar la vida de los niños, que son el futuro y que sus familias no tengan que renunciar a hacer deporte conjuntamente", detalló.

Y otro cosa que va en su "ADN" y contra la que luchó "desde el principio" es que esta forma de hacer deporte "fuera de forma inclusiva". "Odio los guetos y quiero gente con y sin discapacidad conviviendo junta. Tengo amigos que no tienen ninguna discapacidad con los que esquío y hago un montón de deportes y luchaba para normalizar la situación", advirtió.

Silva se dio cuenta de que en cuanto hubo "interés" la gente le pedía "más porque le cambia la vida". "Aparte de los valores que le inculcamos, hay gente que encuentra una nueva vida dentro del deporte, para ellos es una superación personal muy importante, y piden entrar en competición, entrenamientos, y nosotros les damos alas", reconoció. "He sido siempre una persona muy competitiva, con lo cual les entiendo mejor que nadie, entonces lo importante es que ellos tengan la oportunidad", agregó.

PIDE NO PRESIONAR A AUDREY PASCUAL

La Fundación También acogió cuando era niña a Audrey Pascual, la cual una década después va a participar en los Juegos Paralímpicos del año que viene en esquí alpino y con opciones de conseguir medalla. "Es la primera vez que vamos a tener una representante española mujer y en silla de esquí", subrayó Silva.

"Es una niña que no quiero que tenga presiones porque ella tiene mucha vida y mucha competición por delante porque es muy joven. Tiene muchas posibilidades de medalla, pero vamos a no pensar en ello porque es una de las cosas que nos hemos impuesto todo el equipo técnico, que no vaya con mucha presión. Y también se lo pido a la Real Federación Española de Deportes de Invierno, que sea una cosa lo más 'light' posible para que ella no vaya muy presionada a los Juegos", solicitó.

En cuanto a encontrar monitores, "cuesta", pero para la presidenta de la Fundación También "cada vez hay más gente que se ha especializado en sus carreras" y que ellos forman, haciendo hincapié en los voluntarios, "una pata muy importante" de la fundación y que hacen "una labor desinteresada". "En alta competición, sobre todo, necesitamos gente que conozca muy bien el deporte. Eso es fundamental para que estén en las mejores manos todos nuestros deportistas, pero tenemos entrenadores de muy alto nivel", ahondó.

Finalmente, de cara a celebrar en 2050 las Bodas de Oro, Teresa Silva espera que el deporte para personas con discapacidad esté "absolutamente normalizado" y que la labor de la Fundación También "no sea tan fundamental".

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