BOLIVIA, 13 Jun (EUROPA PRESS)
En las últimas semanas, Bolivia ha sido escenario de violentos bloqueos por parte de seguidores del expresidente Evo Morales, provocando la muerte de cinco personas, entre ellas tres policías, un bombero y un civil. Ante esta situación, Jan Jarab, representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en América del Sur, condenó la violencia y llamó a la calma, instando al respeto por los Derechos Humanos y al fomento del diálogo entre los simpatizantes de Morales y los seguidores del actual presidente, Luis Arce.
Jarab pidió una investigación "imparcial y exhaustiva" para clarificar las responsabilidades detrás de las muertes y hechos de violencia, buscando garantizar justicia y evitar la impunidad. Subrayó la importancia de esfuerzos para disminuir las tensiones y prevenir más actos violentos, recordando que las normas internacionales rechazan a aquellos que incitan o cometen violencia durante manifestaciones, especialmente si resultan en lesiones o muertes.
El representante también defendió el "derecho a voto en condiciones de libertad" como esencial para el Estado de Derecho y necesario para la vigencia de los Derechos Humanos. Expresó preocupación por las amenazas contra miembros del Tribunal Supremo Electoral y otras instituciones, enfatizando la importancia de proteger el proceso electoral democrático ante las próximas elecciones generales de agosto.
Resaltó la relevancia de atender las causas estructurales detrás de la conflictividad social en Bolivia y reiteró la disposición de la ONU para ofrecer asistencia técnica al país en el cumplimiento de sus obligaciones internacionales. Esta semana, César Siles, ministro de Justicia de Bolivia, informó que el gobierno considera recurrir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos debido a los bloqueos, acusando a los seguidores de Morales de intensificar la crisis económica con el fin de propiciar la dimisión de Arce.