BOLIVIA, 13 Jun (EUROPA PRESS)
En un clima de tensión y ante los ojos de la nación, el ambiente político en Bolivia se centra en la unión de fuerzas de cara a las próximas elecciones pautadas para el 17 de agosto, con una inesperada congregación de líderes políticos, autoridades y representantes de diversos sectores en apoyo al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para asegurar el desarrollo de este evento democrático. Esta unión se da en un momento crítico, marcado por persistentes protestas y bloqueos que han dejado un saldo de cinco fallecidos.
El respaldo al TSE y su presidente, Óscar Hassenteufel, no se hizo esperar, demostrando una sólida respuesta de todos los sectores apenas 48 horas después de su solicitud de apoyo. Hassenteufel, visiblemente agradecido, reafirmó el compromiso con la democracia boliviana, asegurando que, pese a los desafíos, "el 17 de agosto Bolivia votará". Esta declaración resuena en un contexto político agitado, como lo reporta 'El Deber'.
En la reunión destacaron figuras políticas de variado espectro, entre ellas Eduardo del Castillo, candidato por el MAS; los candidatos opositores Samuel Doria Medina y Jorge Tuto Quiroga; y Eva Copa, una exaliada de Morales que también aspira al cargo. Junto a ellos, representantes del Gobierno, el Congreso y el Poder Judicial dejaron de lado sus diferencias para suscribir un compromiso de doce puntos enfocados en la convivencia pacífica y el respeto al estado de Derecho, además de garantizar la transparencia y legitimidad del proceso electoral.
La crisis en Bolivia tomó un giro aún más sombrío con la confirmación de la muerte de cuatro policías y un civil tras once días de convulsión social liderada por seguidores del expresidente Evo Morales, quien actualmente enfrenta múltiples órdenes de detención y se encuentra asilado en la localidad de Lauca Eñe. La causa de estas órdenes se asocia con acusaciones de trata de menores.
Morales, desde su refugio, ha llamado a un diálogo con mediación internacional, intentando encontrar una solución a la "movilización política" que ha desembocado en violencia. Desde el pasado 18 de marzo, cuando inicialmente se convocaron las movilizaciones, y más concretamente desde el 2 de junio, Bolivia vive momentos de alta tensión política debido a los bloqueos en rechazo a la inhabilitación política de Morales para participar en las elecciones de agosto. Este escenario refleja la profunda división y los retos que enfrenta la sociedad boliviana en su camino hacia la estabilidad y la democracia.