BOLIVIA, 30 Jun (EUROPA PRESS)
La situación en el Trópico de Cochabamba, Bolivia, se mantiene tensa, con la ausencia de la Policía en el bastión del expresidente Evo Morales, confirmó el Gobierno boliviano. Este escenario responde a la incapacidad de garantizar la seguridad de los agentes y sus familias, tras un mes de intensas protestas en la región. El Ministro de Gobierno, Roberto Ríos, acusó a los seguidores de Morales de agredir y amenazar no solo a los uniformados sino también a sus familiares, en un contexto de creciente violencia y actos de justicia por mano propia.
El Viceministro del Interior, Jhonny Aguilera, explicó que estos grupos buscan crear "un control político del territorio" para proteger "actividades ilícitas" y evitar la presencia estatal, configurando así una suerte de autonomía frente a cualquier intervención que perciben como una amenaza al poder local.
La situación llevó a la Policía a replegarse de la región hace un mes debido a las protestas violentas, promovidas por allegados a Morales, quien es requerido por la justicia por supuestos delitos de trata de seres humanos, relacionados con una adolescente de 16 años con la que mantuvo una relación durante su presidencia, la cual resultó en el nacimiento de un bebé. A pesar de las múltiples órdenes de arresto, la fuerte oposición local ha impedido su detención.
Morales se encuentra resguardado en la localidad de Lauca Eñe, fortaleciendo su posición a pesar de las acusaciones. En este complejo escenario, la Policía enfrenta enormes desafíos para operar en el área, lo que ha resultado en la muerte de al menos cuatro agentes en recientes enfrentamientos en Cochabamba.
Este panorama reitera la profunda división y el clima de inestabilidad que afecta a la región, cuya solución aún parece lejana mientras las autoridades buscan formas de restablecer el orden y la ley en medio de una resistencia significativa.