BOLIVIA, 11 Jun (EUROPA PRESS)
El presidente Luis Arce describió el reciente episodio de protestas en Llallagua, en apoyo a Evo Morales, como "una de las más violentas y amargas de la historia reciente" en Bolivia. Según sus declaraciones, más de 30 personas resultaron heridas debido a los enfrentamientos provocados por los seguidores del exmandatario, quienes además agredieron a personal médico, destruyeron una ambulancia y cometieron una serie de actos delictivos contra la comunidad.
Durante los nueve días de bloqueo, los partidarios de Morales realizaron diversas acciones violentas, incluyendo ataques a las fuerzas del orden, saqueos y agresiones contra periodistas. El mandatario nacional se mostró particularmente crítico frente a las acciones de Morales, quien parece celebrar los desórdenes, insinuando una "batalla final".
Arce prometió que no habrá impunidad para los responsables de los disturbios y aseguró que su gobierno se enfocará en llevar ante la justicia a aquellos que atentaron contra la seguridad del Estado Plurinacional y de las familias bolivianas. Esta declaración ocurre en un contexto de tensión donde el director del centro de salud Siglo XX, Gustavo Vásquez Quiñones, informó que se atendieron 51 heridos, ninguno de ellos con consecuencias mortales, según "El Deber".
Con estas acciones, el presidente boliviano deja claro su compromiso de perseguir y sancionar a los involucrados en estos actos de violencia, apelando por la paz y el orden en un país ya marcado por profundas divisiones políticas.